También escribo en...

También escribo en...
A donde van los escritos extraviados...

viernes, 2 de enero de 2009

La Ladrona de Libros I ; me preguntaste por la nada.


Recuerdo cuando todo estaba perdido, cuando nos dijimos todo sin abrir los labios, cuando las palabras huyeron de la garganta y se acorralaron en mi mente de manera caótica y despiadada; cuando el desorden de la vida dejó de ser vital, cuando empieza la decadencia que te persigue hasta caer, hasta arrastrarte a su nivel, meciéndote en sus brazos, tan seguros como letales...
Cuando ya no podía entender la brisa que me susurraba el viento y sus canciones, melodías secretas que arrastra consigo el tiempo, cruel y miserable, pero tan efímero y breve, que muero, que muere... cuando los recuerdos te arrastran a un alba frío y muerto, y el corazón permanece vacío y hueco, tu cuerpo es sólo el precio de un alma inerte y un cansancio de permanecer las horas despierta.
Sólo sobrevivir.
Sólo seguir viviendo de algo robado.
Rescatar de una historia sus palabras, quemar en trozos de cristal la parte que no fue tuya ni suya...
Porque solo fue de Nadie.
Llegará el día en que el fuego bailará en los libros sin dañar sus tapas, cuando tu voz vuelva a recorrer mis oídos, cuando deje de caer al vacío, cuando mis manos vuelvan a sentir tus parsimoniosos o ágiles dedos recorrer las teclas de un sordo piano, entonando su última canción de despedida; entonces tu rostro dejará de ser mi cruel espejo al que me aterra mirarme y pararme a pensar que habría sido de mí sin nuestras pequeñas palabras.
Porque soy la ladrona de historias, la que no tiene una propia en cual vivir.
Habito en cada una de ellas; ¡las robo, colecciono, atesoro, conservo!
Pero tu me las arrancaste a todas, tan suave... ¿sabes?
Pensaba que no dolía tanto esto...
Pero ya no puedo comprarte el alma.

¿Recuerdas cuando jugaba a ser tu conciencia?
Con tus grandes palabras, mis pequeños sueños, creamos nuestro mundo, tan transparente como el brillo de tus ojos...
¿Pero tus ojos siguen brillando?
Hace tiempo que no me paro a mirar las estrellas, ¿por qué iba a hacerlo?
¿Quién iba a preguntarme las cosas que tu decías?
¿Y sabes?
No importa que la eterna canción permanezca congelada por el trágico olvido, no importa lo mucho o poco que te alejes mientras yo pueda robarte en sueños...
Pueda robarte tu vida en mis sueños, gota a gota...
Porque en los sueños te tengo, te robo tu esencia, te atrapo en la mirada de tus ojos, sin perderte de vista en medio del vacío y el espacio de lo perfecto que es soñar...
Pero nunca te daré esa llave.
Podría mirar una y otra vez la alegría que hoy existe en tus ojos, pero nunca más miraré a través de ellos...
Me aterra descubrir quien existe al otro lado...
Me aterra descubrir las preguntas universales respecto a la nada, respecto a mí.
Porque después de ti no hay nada, ¿no?
O eso me hiciste ver hace un tiempo, fuera de mis sueños, en la realidad distante y lógica...
¡Ahhh...! se me olvidaba que lo único que pude ver fue a través de tus ojos...
pero me cansé de ser tu conciencia, ¿sabes?
No serás un desalmado...
Te recuerdo que me robaste el alma.
Y a mí el corazón se me cae más abajo del suelo. ¿Dónde está?
Le tienes tú. Tienes todos sus trozos, cada uno de los pedazos que tú mismo creaste.
Y yo misma fue quien te regaló uno de ellos: ahora ya no tengo nada.
La nada...
Eso es la nada...
¿esa era tu pregunta? ...

No hay comentarios: