También escribo en...

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A donde van los escritos extraviados...

viernes, 19 de septiembre de 2008

En nombre de nadie...


¿Desde cuando la muerte
Me espera en una miserable esquina?,
En una lista con mi nombre me persigue,
¡Maldita!,
Yo le busco y se rehúye;
Me es el mundo de sombras y de lágrimas,
Y quisiera quedarme en esa esquina,
y no desparramar más sueños en mi almohada,
Atar con un cordón todas esas
Cosas que me penden de un hilo de algodón,
Que cae, cae, cae despacio, al fondo,
Dormido,
Que muere y viaja libre, está herido,
Y que me pudrió el alma.

Y no le quiero buscar sentido al tiempo,
y el sonido del viento se acalla,
Silencio, dolor en calma,
Y un pétalo de rosa escapa,
Y el corazón es un autómata,
y en sus puñales sólo hay páginas…
Por Patricia S. Buendía©

martes, 9 de septiembre de 2008

Ojos de Hielo.


Aquella sombra se perdía en la lejana bruma. Lo sabía, sabía que ella nunca volvería a pisar jamás estas tierras sin nombre. La última mirada de sus ojos me lo gritó al partir. Estas montañas grises de amaneceres fríos eran un lar extraño para una criatura como aquella, y los silbidos del viento anunciaban de una pronta nevada aquella misma noche. Una nieve como su piel; blanca sin ser mortecina, suave, atípica por esos tiempos. Pero este es un paisaje siniestro, tan oscuro como el porvenir que lo aguardaba. Y en aquellos días, la insistente niebla cubrió los silenciosos y tétricos páramos de sombras; parecían aguardar la espera de su retorno.

Y continuó nevando durante dos días y dos noches, imparable, los copos de nieve resbalaban por los tejados como sinfonía de cristal ahogada por el humo que desprendían las chimeneas de aquellos hogares de corazones gélidos,

Era un gran universo blanco; parecía hasta puro, parecía transparente; y el agua del lago se había congelado por completo.
El espejo, más profundo de lo que en verdad parecía, donde normalmente unos ojos de hielo frecuentaban con habitualidad su superficie.

Pero ella ya no era aquella niña que se asustaba de ver su propio rostro atrapado en el agua helada, ella no era aquel recuerdo, y lo era todo, al mismo tiempo.

Pero aquella noche, no volvieron a verse sus pupilas en el agua. ¿Dónde estuvo ella entonces? Espera; quieres correr demasiado. Léeme dos veces, y abre bien los oídos; éste no es ningún cuento cualquiera.

La historia que voy a contarte, será la última…
Por Patricia S. Buendía©

sábado, 6 de septiembre de 2008

El Universo Púrpura.


""... El mundo es energía, y la energía es el mundo. Poder, lujo, ambición, mentiras, forman parte de la conciencia humana. Somos algo extravagantes, también. Curiosos, pensadores, algo lunáticos, lo suficiente para encontrar razones para sonreír mil y un veces más de las que lloraremos. Inteligencia hábil, razón despierta, y los sentidos dormidos en silencio. Creatividad, independencia, sabiduría, misterio. Y magia. Creo que este mundo está necesitado de mucha magia hecha palabras. A veces nostálgicos, románticos, otras veces melancólicos, incluso tristes. Frustrados al ver sus sueños volatilizados, en vez de echarlos a volar.


Aquí, donde luz y oscuridad son lo mismo, porque sólo somos conciencia; tal vez también nosotros mismos seamos personajes de algún escritor superior caprichoso; de tal forma, intentaré salir de mis páginas...
... Y volar hasta más adentro de tu alma.
Voy a adentrarme en el Universo Púrpura, y tú tal vez sientas deseos de acompañarme...
Tal vez tu también estés atrapado en un simple papel.


Por Patri S. B. (: Patricia S. Buendía©