También escribo en...

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A donde van los escritos extraviados...

martes, 27 de abril de 2010

Pedazos...

….de los últimos días en los que había interrumpido su inocencia durante las nocturnidades, en uno de sus paseos se había encontrado cinco centavos en la plaza central, fue cuando hizo lo que los grandes peces gordos de La British Company habrían considerado inversión: informarse de los hechos para poder librarse posteriormente de futuros desechos…

Ella lo veía así: desde siempre hemos sido retales de un periódico a quienes nos construyen la historia, nos faltan páginas, nos enredan en la memoria, nos rasgan el futuro arrugando las hojas del presente,
Las manchas de café, las comparsas apuntadas en las esquinas, los números de teléfono importantes,
Cuántas cosas valiosas dejamos apuntadas en los márgenes de la vida que nos han dado.

Los malos ensayos, las malas letras, los anuncios por palabras, las fotografías de LPs con su funda gastada,
Artículos sobre la economía y la literatura de casquillo, las teleseries, en definitiva, el autor continuaba:

“….la vida diaria y sus deleitosos peligros; el miedo y el dolor nos mantienen vivos, que seamos leídos y escuchados, comprendidos por otros como tal, entre línea y línea, verso a verso – y esto empieza a sonar de funcionarios malpagados, pensó Claire –
Pobres becarios de la imprenta, todos ellos juntos, nos venden que cuentan sus vidas como quien talla arena… Aférrense a las líneas, que viene punto y aparte.

Hay lectores que tal vez no quieran seguir alimentando nuestras vidas, nuestra literatura barata y sucia, y nos dejarán morir frente a cualquier otro soldadito de pluma acostumbrado a lidiar en los grandes frontones de acoso y derribo…”

Claire tiró el periódico a la basura.

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